EROS Y TÁNATOS
Luz que cubres los hombros del día con el hilo
sensual y lábil de la transparencia,
enagua de las cosas que viste sus recatos,
la desnudez del alba fecundada
por el semen del tiempo que envenena
el corazón del mundo infectado de noches.
EL TRAJE DE LA NOCHE
Qué paz la de esta tarde
que a mis ojos se asoma
a contemplar la luz
que en ellos se disuelve,
salpicada de almendros
novicios y gorriones,
que bordan en el aire
el hilo de sus cantos.
Desde un telar de nubes
el sol se desmadeja
sobre la piel radiante
y ebria de las vides,
y un paisaje de sombras
de pupilas oníricas
abre la cremallera
del traje de la noche.
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INSTANTE PLENO
Por los bolsillos rotos
de sus significantes, las palabras
van perdiendo las voces de sus sílabas.
El pensamiento trenza un chubasco de nombres.
La esencia de las cosas, en su nido de aire, como un
[ gorrión de luz,
entona los acordes trémulos de la vida.
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VERDAD
Verdad, yo te saludo y te reduzco
a ser sólo un <clochard> que habita en el portal de una
[ palabra
ungida por dos sílabas que arden
para ceñir el frío de tus huesos,
interjecciones vivas de la muerte.
Observo tu corona rodar por la escalera
efímera y pomposa del palacio
que brotó de la rama sensitiva que da vida a los sueños.
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SIDERAL MUESTRARIO- A Rocío-
Luce el cielo sus joyas más preciadas.
En sus manos oscuras se desviste la noche
de anillos saturnianos, de un carro de diamantes,
de un zafiro de estrellas, de galaxias citrinas,
de un cúmulo de ónix, de un sirio de rubíes,
de planetas de jaspes, de una osa de circón,
y el teléfono de ámbar de la luna, siempre comunicando,
hablará con la nieve tanzanita o con la eternidad
de tus ojos dormidos, con las alas sutiles de tus cejas,
que como mariposas bisbisean la mineral balada de los
[ sueños.
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Lanza sus flechas
el relámpago al cielo.
Su luz lo muere
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LA MAR
La mar suspira olas. Entre versos de espumas
deshila amaneceres. La mar es una lágrima
que procede del llanto febril e inconsolable de la lluvia.
La mar y su sonrisa insomne que entreteje
in mar ce si ble men te
un discurso de adioses en la rueca del aire.
La mar es un reptil interminable que zigzaguea su cuerpo
[ de agua hasta la orilla huérfana de distancias,
que se nutre de peces, corsarios, arcabuces, pateras,
[ estandartes,
pero también de muertos que la sueñan, y, en sus cuencas
[ ausentes, vivifican, redimen.
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ANATOMÍA DEL SUEÑO
Ojos del pensamiento. Tus pupilas
no duermen. La memoria
vela que el sol no apague con sus rayos
el crisantemo triste de la luna
sobre la frente fría de los mármoles,
donde yacen los sueños vacíos de la muerte.
En un jarrón de sombras la noche es una dalia que
[ desmaya silencios.
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POEMA CORSARIO
Mis dedos fugitivos
guardan en las bodegas de sus tactos
a ciertos polizones de caricias
en diez naves que bajo el sol descienden,
por los corsarios mares de mis manos,
hasta la sinrazón de tu cintura,
donde mi inteligencia se hace río para entrar en el fondo de
[tu ser.
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Mar, pastoreas
un rebaño de olas
que al viento bala.
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NOCHE A NOCHE
Noche. Acaricio el lomo trémulo de tus sombras
dubitativas, que como perros sumisos
sobre mis brazos saltan y percuten la aldaba de la luna,
que golpea la puerta infranqueable de los sueños.
El alba desentierra y resucita, día a día, en las tumbas
cerradas de mis ojos al joven e inmortal cadáver de la luz.
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La luz del alba
palidece la risa
de los almendros
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APUNTES ÉTICOS
Mañana soleada de domingo.
Autogiros de guerra ejercitan sus músculos mecánicos
sobre el bíceps pluvial de alguna nube.
Nacen en el hangar del pensamiento ínclito de los
[ hombres.
Con expresión chulesca escupen bombas perfumadas de
[sangre.
Las calandrias ignoran porqué se vanaglorian de unas
[ alas de acero que asesinan
la luz que teje el hilo que borda el beso de una mariposa.
Los motores gorjean sonidos estertóreos que el abedul no
[entiende.
El molino del sol tritura con sus hélices las semillas del aire.
En mis pupilas ciegas, una hogaza de sombras alimenta el
[hambre de mis sueños.
¡ Ay!, si tuvieran alma estos ingenieriles cachivaches, o acaso, sin saberlo, ya la tienen.
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FUGAZ. EVANESCENTE.
El mar cabe en mis ojos
cuando lo estoy mirando, luz a luz,
mas si lo veo, huye,
como un perro de espuma,
en el caballo del amanecer, con sus crines de agua,
por el desfiladero umbrío de la tarde.
La caracola de tu corazón lo arrulla hasta olvidarlo.
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MOMENTO INEXORABLE
¿ A veces, me pregunto,
por qué dura tan poco la bombilla del día?
A la hora del crepúsculo, unas manos etéreas, inasibles,
puntualmente despluman las alas luminosas de la tarde,
de esa tarde que quiso ser alondra,
y acabó acurrucada entre las ruinas íntimas de los sueños.
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CONJURO
Mi rostro es un paisaje vestido de silencio.
Por los surcos adustos de mis labios
los bueyes de las horas aran atardeceres. Desde el mugido
[ de sus pensamientos
de aire florecerá el cactus de la noche. Si me besas,
el sol de tu sonrisa borrará de mi cara los rastrojos áridos
[ de la muerte.
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LOS CANTARES DEL CANTAR
El arco tenso de tu corazón
me lastima con flechas de latidos.
Un racimo de besos emerge de las ramas de tus labios,
y el vino de tu sangre lo escancio en la vasija de tus venas.
El barro de mi ser se agita en las caricias de tus dedos,
su tacto me modela de amor hasta soñarme.
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ZAS
Palabra frío, en mi interior te amparo
para que no constipes tu piel menuda y frágil
con las letras severas que cincelan tu nombre.
Blasfema el viento su aire por el mundo.
Hablas estremeciéndome con sólo respirarte,
detenido perfume, encarcelado
en la atalaya de mi pensamiento.
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INSTANTE
Las dos en punto marcan las agujas exactas de tu risa
en el reloj dormido de tu rostro.
Una lluvia de luz
desciende por los ríos de tus manos.
Sobre mi piel, la nube de tu tacto
me inunda de caricias perfumadas
de la palabra amor.
MI CUERPO – MI ALMA
Mi cuerpo va de la mano de mi alma,
pero yo no la veo,
intuyo su presencia luminosa
igual que la de un ángel, escucho sus fulgores
en el fondo del pozo de mi tacto,
ella me sueña, y vivo en su frente nostálgica,
ella dice » te existo», y me lo creo.
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PENSA-MIENTO
Existen en el mundo personas que se pasan toda la vida haciéndose el tonto, pero cuando deciden retirarse la máscara, y abandonar por siempre este papel, no sé si por inercia o por otras razones más profundas, continúan haciéndolo.
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NACE
¿ A dónde va la noche con su túnica
sacerdotal de luto descerrajando ámbitos?
Las aves misteriosas de los sueños modulan con el canto de su luz la música del alba.
Las ramas de los árboles se desperezan bostezando hojas.
Vierten mis manos sobre la erupción indomable que brota en tu cintura
un bálsamo táctil con néctar de caricias y lluvias de silencios.
Una brizna de hierba, en el olivo de mi corazón, discretamente nace.
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A LA PINTURA
Mancha y verdad se aúnan,
entendimiento y vida
cobran luz en mis ojos
si te sueñan despiertos,
pinceladas de ave
fénix que entre cenizas
se vivifica en nieve,
que se diluye en agua,
en pétalos de olvido,
en brisa de silencio.
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LA VIDA EN SERIO
A mi hermanoamigo Paco Ortega
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Jaime Gil de Biedma
¿ Te acuerdas cuando hablábamos de tías,
cuyos nombres no eran angustias, ni dolores,
ni remedios, ni auxilio, ni socorro,
y nuestro Ibuprofeno preferido se llamaba Noelia,
la de las piernas largas, sutiles como olas,
y nuestro Lexatín era el tangazo menudo de Pilar,
y nuestro omeprazol, los senos curvilíneos de Yolanda,
y una tarde cabía en el bolsillo, como si fuera un pájaro,
y la luna en un vaso de ginebra, y nuestros corazones
[despeinados
jugaban, sin fatiga, al escondite con Merce y con Rocío,
y el cuco del reloj tenía forma de risa que marcaba
puntualmente las horas, los sueños, los acordes dulces de
[una guitarra,
y el tiempo una manzana por morder, perfumada de
[amigos
que se fueron, de un modo irreversible, en el árbol frondoso
[de la vida?
Que la vida iba en serio, a nosotros, con la que está
[cayendo,
nos lo va a venir a contar Gil de Biedma.
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COSAS
Las miro fijamente,
aunque nunca responden, sólo escuchan
por mucho que las hable. Podría enamorarme de sus
[gestos,
también de sus silencios cotidianos, que tanto me
[trastocan,
de sus aquiescencias, de sus toses educadas, discretas,
de todos y cada uno de sus labios,
que recitan de un modo sutil e imperceptible
las letanías tercas del instante.
A veces, me pregunto, ¿ cuándo yo me haya ido para
[ siempre,
se emocionarán de mí al recordarme; o las gallinas de sus
[ antebrazos
no saben quiquirear la voz de la ternura?
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LEYENDO A ANAXÁGORAS
Miro la nieve. Adoro su blancura.
La pienso en mí. Su cuerpo se diluye
en fuente cuando sueña
o cuando el sol la funde entre sus labios. A veces, me
[ sorprende
que nadie la imagine traspasar la puerta de lo etéreo. Ella,
[que fue materia
y supo del dolor -lo mismo que nosotros-, y que ahora se
[ ha marchado para siempre.
TÚ
Dices pomelo, mariposa, lirio,
desde el paisaje de tu pensamiento,
y tus palabras saben, aletean,
perfuman, y tus labios son dadores de luz,
y los jilgueros comen de tu voz,
y las nubes chispean desde tus manos,
y si callas, la noche se duerme en el arrullo de tus sílabas.
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EL EVANGELIO BIEN ENTENDIDO- SEGÚN UN CREYENTE-
Dad de comer al pobre,
es decir, al hambriento,
de beber, al sediento,
dadle ropa al desnudo,
para que puedan ver, sin bajadas de azúcar o
deshidrataciones,
todas las injusticias que se siguen haciendo en éste,
[nuestro mundo.
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SÓLO UN MOMENTO
Las manos delicadas de la lluvia con semillas de amor
[ siembran la tierra
estéril de mi alma, la azalea
del invisible aire, aroma de los cielos.
Una manada de árboles aúllan
sílabas verdes, hojas y bostezos
vegetales, diluidos en luz, quizás en llanto.
Las azucenas dan su primer diente.
Puedo escuchar la voz ocre de las montañas,
los eléctricos cantos de un coro de gorriones
cuando la noche planta, con semillas de estrellas
[ margaritas,
rubias constelaciones en los campos.
La luna ha descolgado su teléfono.
En los ojos del río serpentean los pensativos sueños de la
[noche.
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Érase un niño
que se asomó a un instante
y se hizo eterno.
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QUSIERA SER PALABRA
Desclavo una palabra de la cruz de tus labios,
que tiembla como un mirlo que pronto ha de trinar
la voz del pensamiento- afónico, enjaulado-
en el bucle del viento y en la risa del mar.
En procesión de letras gatea tu cintura,
con hilo de silencio va tejiendo tu piel,
en su seno dormido, la aréola de la luna
amamanta a una sombra que palpita de sed.
Se arrebuja en la túnica que abriga su latido
de mañana en la lumbre frágil del corazón,
guarda en la faltriquera un verso mal herido
que cabalga a la grupa de una vieja canción.
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PENÉLOPE Y ULISES
En el telar dormido del palacio,
Penélope desteje un calcetín de seda con hilos de palabras
[ a Odiseo.
Después, vuelve a bordarlo, cuando nace la aurora,
con la O viajera de sus iniciales.
Él cruza los océanos inmarcesibles de los pensamientos
valientes y tenaces de su amada. Una legua de amor
[ indeclinable,
de pronto, se diluye entre sus dedos finos y delicados, que
[ pronuncian
las letras de su nombre en el dintel callado del silencio.
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PUEDO ESCUCHAR
Escucho las pisadas de mis sueños.
Son como cicatrices que vienen hacia mí con las heridas
aún convalecientes, y las noches
durmiendo en el desván de mis bolsillos,
donde, a veces, las sombras felinas, plañideras, ronronean
un llanto inconsolable sobre el lomo yaciente de la luz.
Puedo escuchar las sílabas de seda de sus tenues pijamas
[ que los cubren,
el magma pasional de sus volcanes
y la sonrisa efímera del viento.
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MEMORIA DE UN INSTANTE
La tarde es una larga cabellera
rubia que se desliza a nuestro lado
a contemplar el brillo sereno de las cosas,
aquéllas que aprendieron las letras de tu nombre
e inhalaron la etérea fragancia de mi tacto.
El mundo y su sintaxis inconexa
nos pronuncia el idioma de los vientos,
los puntos suspensivos de la lluvia
y el vaivén tembloroso del barco de la luz que en mis ojos
[naufraga.
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LAS VERDADES DIVERSAS
Los endocrinos dicen que nosotros
somos lo que comemos.
Mientras la OMS confirma, según sus estadísticas,
que los pobres más pobres de la tierra
son lo que nunca comen.
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EPITALAMIO
Porque el ojo de Dios es el de una aguja
por donde va tejiendo el hilo de una calle
en las mantelerías de las plazas, bordándolas de niños,
perros, viejos, gorriones, vagabundos, semáforos,
amantes desleídos en las enredaderas de los besos,
rosales de vihuelas perfumadas de acordes
y un río que soporta en sus músculos de agua la sombra
[fugitiva del paisaje.
La vida, siempre atenta, preparando el ajuar
a su hija invisible- que se oculta en nosotros- y que
[llamamos muerte.
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FORMAS DISTINTAS DE EMPRENDER UN VIAJE
Hay una forma singular de huir,
nadie se dará cuenta, ni tan siquiera tú, del susodicho
[ hecho,
que no sea eso lo que te preocupe,
primero has de mirarte en el espejo luminoso del río,
y una vez que te encuentres y veas,
posando allí los ojos, aléjate de ellos,
pide que alguna vez retornen tus pupilas a sus cuencas de
[ origen
para que te relaten el viaje que han vivido.
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MÁS ALLÁ DE MI NOMBRE
Mis ojos oyen. Mis oídos te miran.
Mis manos piensan reflexivamente.
Mi cuerpo no lo sabe, lo ignora, pero un día
apoyado en el quicio de tu boca sabrá lo que aún no dice.
Mi yo es un animal a quien doy de comer migas de sueños.
Se escapa de su tumba para verme,
vive en la madriguera de mi ser, es tan anciano, a veces,
como mi eternidad.
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OTRA VENDIMIA
Una palabra es una matrioska.
Dentro de ella subsisten paisajes desterrados,
personas que murieron heridas en el pico de su voz.
Si en su fondo te cuelas, pisarás la raíz de su silencio,
allí donde fermentan las uvas de la luz el vino transparente
[de la vida.
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CRÍMENES NAUSEABUNDOS EN LA CALLE POR QUÉ
En la misma camilla del cuaderno,
donde yacía un poema,
me dispuse a operar a una palabra, casi sin anestesia,
a la cual se le había enquistado un pensamiento,
y aquello más que un hipo se convirtió en un hiper,
que repetía insistente su oralidad de loro compulsivo,
su monólogo gris, entre las rejas melodiosas de sus
[significantes
más fútiles. La vida enloqueció
dentro del manicomio de la nada.
Por los pasillos fríos, grises y tenebrosos de sus versos,
el puñal de la luz hosca de un adjetivo asesina a un
[pronombre convirtiéndolo en carne de metáfora.
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Saben a mar
nuestros labios, dos olas
que nunca mueren.
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Bajo la noche
tricotan las agujas
de tus tacones.
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*ECHÉME A ANDAR…
Mal herido,
tirado en las aceras,
agonizante,
clínicamente muerto,
los médicos del 112 no sabían qué hacerme,
pero llegaste tú, inopinadamente,
son cosas del azar
o del destino,
musité entre mis labios una vieja oración,
mirándote a los ojos- : “ … no soy digno” que de mí te
[enamores,
pero una sóla fragancia tuya de <Loewe>
que de tu piel aspire, sin duda, bastará para sanarme.”-,
y luego, inhalando las flores curativas de tu aroma,
di las gracias a todos por sus loables esfuerzos,
me abracé a tus caderas sicalípticas,
“ incorporéme lentamente, echéme a andar…”
*Resultaría esencial para el autor de estos versos que los lectores advirtieran los dos guiños, bíblicos y vallejianos-MASA-, que ustedes con obviedad ya han aprehendido <a priori> y el poema procura instalar entre sus estrofas.
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EPITAFIO
Qué sencillo es morir,
sólo es cerrar los ojos
o dejarlos abiertos para siempre.
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VIDA
Delante de mí cruzas, te insinúas,
exhibiendo en el aire tu palmito
bajo un velo de luz inexplicable.
Los peces de las olas en hilera se abrazan,
embriagados de ti, con voz de lluvia.
Aúlla mi corazón un manojo de júbilos
como un perro olvidado a quien conmueve
este instante fugaz que pasa inadvertido.
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EL ÁRBOL DE LA VIDA
Del árbol misterioso de la vida
brota un ramo de luz esta mañana
-en él vivimos todos renaciendo-.
Alguien se ha marchitado. Es el destino
implacable quien dicta su sentencia
ineludible, amarga, selectiva.
El porvenir del mundo se abona con perfume de fragancia
de los que ya no existen.
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SENSUALIDAD
En enagua de luz la vida se insinúa,
muestra un sutil acento de textura insondable.
La madreselva exhibe su desnuda fragancia
y la polifonía de los pájaros borda en el aire trinos que
[deshojan belleza
ingrávida, invisible, inexistente.
Silba la luz el nombre de las cosas
en la constelación de mis pupilas. El dedal del crepúsculo
sobre el mantel dormido de la noche siembra un ramo de
[estrellas.
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VIAJE CASI DEFINITIVO- PARAFRASEANDO A JRJ-
Venga, coño, quitaros ese luto,
que no merezco yo tanta tristeza.
La buganvilla prende su sonrisa sensual y despeinada en
[los labios del aire
y los geranios silban acordes de laúdes,
y el fruto de la luz se diluye en las copas de los árboles,
y la abeja del sol destilando la miel dulce de las auroras,
y tus ojos sutiles, esas dobles metáforas que me viven y
[sueñan.
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BIOGRAFÍA DEL VERSO
Mis versos tienen forma de zapatos
que transitan las calles de un poema
herido de palabras, que suspiran silencios
mancillados de vida. En un jardín
sembrado de metáforas brota el rosal de los amaneceres
imposibles. Las tardes embriagadas de viernes, sábados y
[domingos
Un sustantivo llora, con lágrimas de sílabas,
frente al mustio cadáver de algún verbo.
El espejo enmudece un discurso sin imágenes.
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LA LUZ
La luz es el otoño de la sombra,
el carnívoro diente del verano,
que asesina los sueños de las calles cuando duermen la
[siesta,
o la circunferencia de la plaza empedrada de besos y de
[abrazos
o el latido visible de tu nombre, esa flor que perfuma cuanto
[eres.
La luz es la palabra fingida que pronuncia el idioma de la
[ausencia
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ELEGÍA DE MAYO
Ha llegado noviembre, el de la cicatriz de lluvias en los
[ojos.
Tiene forma de nube, de pájaro sombrío, de esqueleto de
[álamo,
de luz inexpugnable, de murmullo de hoguera.
Pasea su figura de silencio por los atardeceres íntimos de
[mi alma
con un traje de luna y una pamela de aire.
Se fugó de una noche de verano, disfrazado de música,
tarareando besos…
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ALUD
¿ Qué será de ese espejo cuando yo me haya ido?
Cuando rime mi nombre con la palabra ausencia,
nenúfar invisible que florece en las aguas de su llanto.
Sus mejillas rosadas, cristalinas, se oscurecen de noches,
y la palabra olvido arrebuja el ingrávido temblor de nuestros
[ besos.
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LA ETERNIDAD
La eternidad es sólo una pregunta
sin planteamiento, nudo y desenlace,
una calle callada sin respuesta
que hay que cruzar del brazo de uno mismo.
No podemos nombrarla, si lo hiciéramos,
se nos disolvería fugazmente
entre los pentagramas del silencio,
pero sí entonar su melodía
inmarchitable en un compás de espera
mientras la meditamos sonriendo.
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Rocío
HERMANAS COSAS
Las cosas, inventoras de palabras,
reivindican su nombre, su linaje,
su pasado, su vanidad, su orgullo,
su idioma, su perfume, su decoro,
su equilibrio, su mesura, su alma,
su no ser, su agonía, su epitafio.
Nosotros respondemos con sonidos
las preguntas que en silencio nos piensan.
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¿QUEDAMOS EN TU ALMA O EN LA MÍA?
¿Quedamos en tu alma o en la mía?
Si preparas café, me paso a verte.
En el salón ardiente de tu espíritu
el frío se diluye de otro modo
y los atardeceres son más cálidos
y el cordero nevado de la luz
bala su melodía en los balcones,
y con ella se duermen mis sentidos
y los tuyos, tan nuestros, y la luna
destila su fragancia inmarchitable.
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DULCE PARALELISMO
Las ramas de los árboles: artríticas. polípticas y rítmicas.
Los pájaros moldean canto a canto sus leves curvaturas
[ celestiales,
tejiendo con la seda de sus trinos el perfume majestuoso de la primavera.
Mi corazón refulge su contento cuando tú lo imaginas.
En él anidan aves que susurran la delicada luz de los almendros.
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EL MUNDO
El mundo es una hoja
que se le cae a Dios de la rama más alta de algún sueño.
El mundo es una máscara vacía que nos oculta a todos.
El mundo, una palabra con sus patas de letras,
que pretenden huir de la red de un instante infectado de tiempo.
El mundo, una ventana
desde donde diluirnos en la nada y en su reverso, el todo,
[ para siempre.
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PRIMA-VERA ( PRIMERA VERDAD)
No hablar de Dios. Ser Él en Él. Desde Él.
Cuando hablo de Dios borro su nombre con la palabra
[ tiempo,
pues lo nazco en mi boca y, por ende, lo muero.
Con hábito de luz la mañana camina.
Alegre en su blancura, ya nos besa el almendro.
Trina el aire en el olmo de mi alma una canción con
[ hojas de silencio.
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NOCHE OSCURA DEL YO
¿Cómo será tu yo? Ése que verbaliza
el callado lenguaje de tus gestos, que llueven en las nubes
[ de tus manos.
El mismo que construye en tus ojos miradas transparentes.
Aquél que esculpe risas, con el hilo del aire, en el telar
henchido de tu boca, y nombra el sustantivo primavera,
llenándolo de pájaros y perfumes que lloran
nostalgias invisibles, mientras piensan ciudades
en la frente del río, que con su espada de agua
apuñala la luz de los atardeceres solidarios.
En un ramo de sombras danza la mariposa de la noche
[ el dulcísimo vals de las estrellas.
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A Isaac Newton, que me estará escuchando y maldiciendo
INGRAVIDEZ
El gesto circular de una naranja sabemos que no pesa
ni su tono encendido pincelado de aire
ni el sabor de su zumo que nos quita la sed
ni las gotas de lluvia que en su memoria viven
ni el tacto de unos dedos que un día la bajaron de los
[ árboles
ni la delicadeza de sus hojas
ni las frondosidades de sus ramas suicidas
ni sus curvas centrípetas
ni su aroma frutal y cotidiano
ni su silencio asceta, casi místico
ni el cristal de su alma, que refleja las cosas que no son
[ mensurables.
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ABRIL
En la mar se deshoja una ola desolada.
Dios nunca ha regresado, porque jamás se ha ido
a soñarnos despiertos. El ángel del olvido
zurce otoños azules con la luz de su espada.
De una rosa sangrienta nace la madrugada.
La hoz de la luna cruje un sideral bramido.
Titilan las estrellas desde el cielo: su nido.
El pan del mediodía bruñe una rosa ajada.
La lluvia se desnuda en un charco. Tu acento
es la risa que llora un bajel a barlovento,
el arpa que rasguea el acorde de la luz,
una sombra que nombra el mundo que amanece
aromando azahares. El limonero crece.
Abril, entre pateras, tiene forma de cruz.
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A veces pienso que si Dios nos hizo a imagen y semejanza suya, cuánto pesa el pie humano- casi divino- de los que aplastan el corazón desarmado de los más débiles.
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LEGANÉS-ATOCHA
El tren cabalga sobre sus raíles .
Su corazón no olvida
que en otro tiempo fue
un caballo perdido entre las eras.
Hoy sus pupilas son faros frondosos
que ocultan los paisajes
que en las noches equinas, de amor, duermen.
Pero su transcendencia vive en la crin del tiempo.
Todo lo que se ha sido en esencia permanece.
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Espantapájaros
de mis labios: tus senos.
Duerme la noche.
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Piso tus labios
con mis labios, los tuyos
desangran flores.
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OTRAS GUERRAS
Detrás de las trincheras de mis versos,
el bombardero de mi corazón dispara serpentinas de
[ palabras.
Las azucenas de mis pensamientos me perfuman de ideas.
La túnica del aire zurea un pentagrama de palomas
en la garganta umbría de la noche. Cicatriza la luz.
Se desangra de amor desconsolado un campo de
[ amapolas.
TESTAMENTO
Cuando no esté en la tierra, que se vendan mis versos
al por mayor, al peso. Las metáforas
están hechas de cobre, estaño, zinc, contienen
en su espejo sonoro horizontes dormidos. Qué despierten
los pronombres, también los adjetivos, ésos que nos
[señalan con sus dedos,
qué más da, las imágenes anaerobias, aquéllas que
[erigimos en el altar del nombre,
los futuros pretéritos, las rimas y los ripios, todas las
[consonantes.
Una chatarrería de palabras, impaciente, os espera,
y con las sobras de lo que saquéis, compraos un poemario
para seguir vendiéndolo.
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MONOLÓGO INTERIOR
El viento, con sus manos invisibles,
le despoja a la noche,
con voluptuosidad,
su lencería de sombras.
Dios se viste de mundo,
por eso no lo vemos.
Dios se viste de lunes,
de patera, de niño,
de luz y de montaña,
de cereales tristes,
de pavesas y océanos.
Detrás de los visillos de la nieve
hilan sus ojos plenos y apacibles
sobre un mantel azul, medio dormido, las estrellas del cielo.
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A Rocío
En su cristal
el espejo te sueña.
Crees estar vivo.
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PEQUEÑO INSTANTE- A Rocío-
He nacido en la cuna de un instante.
Para vivir el resto de este día
me basta respirarme en tu alegría
fugaz, eterna, cauta, rutilante.
Luce el cielo su anillo de diamante,
ave que trina acordes de ambrosía
sobre mi corazón; la lejanía
pace la senda de algún elefante.
Espiga incierta, pan de atardeceres,
que alimentas el tiempo y los espacios,
jazmín que hilas perfumes de placeres
tanto en las chozas como en los palacios,
lengua que desenredas la mañana
en la pupila gris de mi ventana.
Abre la noche.
La llave de la luna
pende del cielo.
CURIOSA ANALOGÍA
La luz ovula, amor, brotaba de tus ojos,
se deshacía en mis manos
como la larva de una mariposa.
El mundo de un instante dentro de ella,
embalado en su seda sibilina, igual que una crisálida,
que sueña ser calandria o mástil del velero de una nube,
y delicadamente se transmuta, contra su voluntad,
en el temblor incierto de una frágil polilla.
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EL JAZMÍN- A Rocío
Sobre mi patio el jazmín respira
una fragancia nívea, delicada,
huidiza, pero intensa, lentamente susurra
el dulce cromatismo de sus hojas,
y conversan en corro su tertulia de pétalos,
con un vocabulario sensual y afrodisíaco.
Su silencio, elocuente, es parecido al tuyo cuando
[ la luz escuchas.
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TU LUZ
Tu luz es otra luz, que me desvela
mientras al sol lo ordeñan tus pupilas
en el humilde establo de las sombras
destejiendo avenidas y ciudades,
acordes de oro de tu trigo siembran sobre mi alma candeal
[un pan de amaneceres indomables.
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MAÑANA DE NIEBLA- 25 DE DICIEMBRE-
Guante de seda,
en la mano del frío,
sutil, ausente.
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NAVIDAD
Nieva la noche
su blancura olvidada.
Mis ojos duermen.
INVENTARIO
Los años me deshojan de mi corteza de árbol,
de mis gestos de hombre, de mi agenda de días,
de mis ojos anfibios, que supuran
la negritud de un mar incandescente,
ola del infinito océano donde vive el nenúfar de mi alma.
Mi alma es un navío amarrado a la luna imposible de tu
[ cuerpo.
Tu cuerpo es una estrella que titila latidos transparentes
del corazón místico de la noche. La luz que se destrenza entre las manos
efímeras del aire.
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La lluvia, un ángel
destronado. Sus alas
deshilan noches.
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VIDA
Dialogo con las nubes, y a bocanadas ellas me responden
[con sus discursos de agua,
que hacen brotar los árboles, las risas despeinadas de los
[ niños,
las tardes de los lunes, los relojes de arena con su cohorte
[de horas,
y la caligrafía del silencio y el mapa de mis ojos, donde
[ nacen
los desiguales ríos de tus manos, los estertores tristes de las
[ locomotoras.
El sol inquebrantable de septiembre nos regala su trigo
y el pan que se desnuda y cicatriza la indetenible herida de
[los charcos.
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EL MUNDO FRENTE A MÍ
El paisaje me piensa
con sus cabezas de árboles. La nieve es una niña
que ha perdido sus dientes congelados de leche.
Cojeando, transita una nube lejana por el azul del cielo:
[ plañidera de lluvias.
Mi calle es un fusil que apunta al corazón de las palomas.
Las palabras son pájaros que comen de las manos de
[ estos versos.
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LO QUE NUNCA SE DICE
Una palabra es una habitación
vacía y desolada de un hostal despoblado que no existe,
cuando en la chimenea ardiente de las horas crepita sin
[ pudor el rostro fugitivo de la tarde
y la memoria duerme sobre la mecedora cansada del olvido
y, entonces, el silencio es una nube fértil que destrenza la
[ lentitud callada de las cosas,
indetenible lluvia, que chispeando instantes se despide del
[ mundo para siempre.
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CUERPO
Cuerpo, lugar sagrado desleído de días.
Por los acantilados de tus noches la piedra de tu alma se
[ desboca
mientras tu nombre suena en las gargantas de los
[campanarios,
en el abecedario de las fuentes,
en el rumor añil de los cristales,
en la tonsura de las azoteas
y en el abrazo íntimo de las pequeñas plazas.
Te conformas de instantes, ésos son tus escamas,
las hojas que descienden de tu árbol,
las naves que me alejan de tus costas
dentro del cofre de mis pensamientos,
las calladas respuestas que sabiamente das a mis preguntas.
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RESPIRA EL AIRE. DIOS
Respira el aire. Dios
dilata sus pulmones en la luz que cabalga por los campos.
Las ramas abanican con sus hojas el sopor de los árboles.
Un diptongo de nubes amenaza tormenta.
Carraspean los montes un rebaño de sombras.
Colgado del cadalso de la luna, ajusticiado pende el cuerpo del abismo.
Yo me asomo a sus ojos para mirarte en ellos diluidos en la caligrafía de la noche.
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HETERÓNIMOS
Cuando llega la noche,
mi cuerpo se sacude de heterónimos,
esos múltiples seres que me habitan
llenos de atardeceres que amanecen
tras los visillos grises de mis ojos. Yo les doy de comer
el pan de mi existencia, y beben de los ríos desiguales
que brotan en mis manos. Se visten de silencio para que
[ yo les hable,
les acune y les duerma en el álbum de fotos de mi vida.
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A VECES, LLUEVE…
Llueve…,
sobre tu corazón sutil, acribillado
por las interminables balas de los latidos,
que descosen la nube que fermenta tu ser,
la madriguera íntima y henchida de tu sangre.
Llueve…,
sobre las cordilleras altivas de tus senos
y sobre los meandros dulces de tu cintura,
de cuyos ritmos brotan el zumo del amor
en la lengua de un río, con forma de ataúd,
donde yace el cadáver joven de alguna estrella.
Llueve…,
sobre todas las horas, se inundan los relojes
que Dios lleva en sus manos infectadas de tiempo,
y en la tierra percuten los tambores del agua,
de la mies de su música la mañana renace.
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A VECES…
Cuando nadie me ve,
lo que más me seduce es ponerme a bailar con la
[ palabra,
al fondo de la pista de un poema, sobre un papel en
[blanco.
Cuando me dice sí,
mis manos acarician su cintura
y mis oídos oyen la fricción melodiosa de sus sílabas.
Mis sentidos extienden un mantel voluptuoso
en la pradera fucsia de sus senos,
y meriendan aromas en los acantilados que conducen
a la vertiginosa pendiente de la vida.
Y le miro los ojos,
y le beso los labios,
y le palpo la frente,
y le trenzo las alas de su luz,
que te nombra llevándome al celestial paraíso de tu
[ nombre.
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NUBES
Princesas de agua,
tenéis forma de nube.
allá, en el cielo.
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A Rocío, que se encuentra con sus padres y su tía Pili en el mar mediterráneo, este haiku.
El mar ondula
la imagen de tu rostro
cuando te pienso.
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LAS CHIMENEAS FUMAN. LAS VENTANAS
Las chimeneas fuman. Las ventanas
dilatan sus pupilas de éxtasis transparente.
Una casa, en el fondo, es lo mismo que un hombre,
que una mujer, que un perro, que un árbol, que una hoja.
De vez en cuando tose, y sus ladrillos crujen, se craquelan,
o por culpa del sol sus tejas enrojecen
y sufren quemaduras importantes,
mientras los carillones de la iglesia en el aire destilan
un perfume invisible desleído de acordes.
La frente pensativa del desván humildemente duerme
o sueña con las voces que un día lo habitaron.
Las claraboyas saben,
aunque nunca lo dicen,
que en el árbol nevado de la luz brota la arquitectura de la
[ noche.
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LA METAFÍSICA DEL BAR
Sobre la mesa, un vaso.
Entre sus dedos, ella
lo acaricia y redime del devenir del tiempo,
abrillanta su piel de cristal transparente,
concéntrico y sutil.
La
noche
se
ha
caído
al fondo de esa copa,
y ebria, en el firmamento, la luna centellea.
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Mi mente, un puerto
donde atracan las naves
de las ideas.
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PEQUEÑOS GORRIONES
Levantaos, perezosos,
salid de vuestros nidos,
el mundo se derrumba,
tenéis que apuntalarlo
con la belleza alada,
sensitiva y plural de vuestros cantos,
que fluyen de la fuente de vuestro diminuto corazón,
de aquél de donde beben la sed de la distancia
los labios de la luna y el silencio ancestral de las estrellas.
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EL ÚLTIMO VIAJE
El día que me muera
huirán del campanario de mis ojos un racimo de pájaros.
La luz quedará triste, igual que un perro fiel,
junto a la puerta de mi corazón aullando su quejido.
Y entonces, una nube plañidera, preñadísima de agua,
desde la lejanía,
acudirá a mi entierro del brazo de una hoja,
del plácido sonido de una fuente,
de dos o tres adverbios encopetados de algún adjetivo
[ luctuoso,
y de unas cuantas lágrimas que recolectarán por el camino,
de algunas azucenas, perfumadas de ti,
de un gato cojitranco y del aria luminosa del viento.
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¿ QUIÉN HAY DENTRO DE TI?
¿ Quién hay dentro de ti?
¿ Quién le pone sonido a tus palabras?
¿ Quién se asoma a las lunas menguantes de tus ojos
cuando la noche acecha? ¿ Quién riega las begonias?
¿ Quién lee a Eugenio Montale? ¿ Quién cultiva
caricias en las líneas adustas de mis manos?
¿ Quién ríe cuando llueve? ¿ Quién tirita
de amor cuando hace frío? ¿ Quién recoge las sábanas
que la luz desordena en nuestros dormidos cuerpos?
——————————————————–
Silba el espejo
la canción de mi rostro
mientras me afeito.
La piedra piensa
fijamente. La luz
ondea su alma.
Espejo roto.
Magnicidio de vidas.
Pensados sueños.
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SUCEDE
Ha caído una hoja, el universo siente un trágico relámpago,
una fiebre infinita en la que nadie repara.
Se resquebraja el mundo, también mi corazón, -el no lo
[ sabe-.
En las extremidades lejanas de los ríos crecen su pies de
[ agua,
su longitud fluvial ha aumentado el número de zapato.
Lloran sus afluentes sin consuelo. Han perdido una lágrima
[ y la buscan
en el inconsolable sudario de noviembre.
Se desangra el rebaño de la luz entre mis lacrimales
[ vespertinos.
Ya los árboles curvan sus cortezas hasta alcanzar la frente
[ frígida de esa hoja,
resucitarla, luego, convertirla en pavesa de las llamas de un
[ beso.
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AYER- A mi madre-
Con sábanas de sombras te cubrí porque tenías frío.
Me asomé al precipicio de tus ojos, y pude ver la nada,
sus pupilas hambrientas de preguntas, de tardes amarillas,
que el sol y sus escamas roían en silencio.
El gato incandescente de la luz deshilaba la risa fugitiva del
[ aire.
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¿ QUIÉN…?
¿ Quién hay detrás de tu rostro,
de tu racimo de gestos,
de tus lágrimas bordadas,
de tus labios somnolientos?
¿ Quién arpegia la espadaña
de tu corazón bicéfalo?
¿ Quién habita la espesura
del manantial de tus besos?
¿ Quién le da luz al olvido?
¿ Quién le da sombra al recuerdo?
¿ Quién sonroja tus mejillas
cuando al dormirme te sueño?
¿ Qué extraño dios te respira
dentro de mi pensamiento?
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NADIE ES PERFECTO, ARQUÍMEDES
Todo cuerpo sumergido en un fluido,
si no sabe nadar,
por mucho que lo calle el “Principio de Arquímedes”,
finalmente, se ahoga.
————————————————————————–
A mi madre
ÉRASE UNA VEZ…
Mi madre me regala amaneceres
íntimos de su infancia
entre las claraboyas azules de sus ojos. Cuando sueña,
los caños de su risa desembuchan serpentinas de luz.
Mi corazón binario le declama un pareado de tiempo.
Dime tú, espejo mágico, en qué página radiante de tu libro
[ guardarás para siempre este poema.
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entre las azucenas olvidado.
San Juan de la Cruz
PIEDRA
Abrazada a sí misma.
voluta mineral, hija del tiempo,
que le das solidez a los caminos
cuando piensa tu rostro milenario
introspectivamente. Tu olvidado lenguaje
me escucha desdiciéndose. Oculta en ti palpita un corazón
entre las azucenas olvidado. Tu arenisca diluye
el brillo de la nada entre mis dedos.
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PARA HABERNOS MATADO
Un poema desciende de mis estanterías.
El parquet se ha teñido de mañanas y nubes,
de pateras y cisnes, de abedules y hojas,
de calles pensativas, que en sus plumieres guardan la tinta
[ de la noche,
de páramos difuntos y Pedros solitarios,
de panes y de peces, de hormigas y guisantes,
de néctares y músicas, de fusas y redondas
plazuelas y nenúfares, de olas y de alas,
de rosas y sonrisas, de sombras y sombreros,
de hembras y de hombres, de preguntas y niños,
de aviones que quisieran ser algún día pájaros.
En un vaso de luz todo me lo he bebido.
Mi corazón frugal de vida se ha embriagado.
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BREVES INSTRUCCIONES PARA SOÑAR UN POEMA
1- Llegad con vuestros ojos al poema elegido.
2- Con extremo cuidado, no juntéis
3- las comas y los puntos
4- el cáliz y la sangre,
5- las lluvias y los charcos,
6- las mariposas y las multitudes,
7- las uvas y las uves,
8- los oropeles y las amapolas,
9- la melodía del río y la herida sedienta.
En el paisaje de cualquier palabra palpita el ruiseñor de un
[ pensamiento.
El mundo se diluye en la luz de mis manos.
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El mar respira
su eternidad de olas.
La luna duerme.
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ENIGMA
¿ Quién posa sus nudillos en mi puerta?:
Soy el tacto del aire, que se deshoja en música,
en extraños acordes, en arpegios flamígeros,
en un ramo de trinos, en un soplo de luz,
en un temblor de olas, en un zumo de brisa,
un quinteto de nubes que ejecuta una antífona de agua,
un enjambre de abejas que poliniza el néctar de tu canto,
los sonámbulos taxis de la noche, que atraviesan la plaza
[ dormida de tus ojos,
las estrellas que muelen un racimo de ausencias,
las vocales que funden las espadas del frío,
la línea de horizonte, que suicida en su cuerda la sinrazón
[ del miedo.
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Mi alma, un espejo
donde el olvido encierra
su desmemoria.
JUEGOS DE TARDE
Estoy jugando ahora con un par de palabras.
Las despierto, las oigo, las alumbro,
es de noche en mis labios,
aunque en tu corazón ya ha amanecido.
El mar bosteza olas, tonifica músculos oceánicos,
y se bruñe de sed, y su cabello
ondulado galopa hasta olvidarse
que vive en el azul de una mirada diluida y eterna.
Se le cierran los ojos a ese par de palabras.
Quién sabe si entre sueños ellas juegan conmigo.
—————————————————————
Luz apagada,
haces la digestión
de mis recuerdos.
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SONATINA DEL AIRE
El viento estornudaba ancianamente sobre los misteriosos
[ salones de mi alma.
En las trenzadas cuerdas de mis versos tendí la desnudez
[ de este poema.
El violonchelo del amanecer pulsa un acorde íntimo de
[ pájaros.
Los espejos, embriagados de imágenes, plañían
[ melancólicos.
Las sombras, viudas, mugen su soledad de hembra.
———————————————–
Tú no existías,
y con hilo de amor
te fui naciendo.
———————————————————
EL POETA NO EXISTE
El poeta se enfunda el antifaz de sus versos.
El poema es un jardín plantado con semillas de palabras,
un paisaje de nombres, adjetivos y etcéteras,
que el hacedor escupe por sus manos, ésas que se
[ desangran
por las arterias de sus pensamientos, corceles que
[ cabalgan
y llevan en su grupa una tribu de ideas
nómadas que iluminan al monarca invisible del silencio.
El poeta, lectores, en singular no existe.
Sólo es un amanuense de la luz que colecciona sílabas
[ que lloran,
en el paracaídas de una lágrima.
———————————————————————–
TÚ-YO
La noche se desnuda frente al espejo triste de tus ojos
de niebla, que enmascaran la ardiente cicatriz de mi
[sonrisa.
El sol y su sombrero, celestial campesino,
que despierta los sueños candeales de los campos.
La luna silba olas, amamanta
planetas que no existen en su seno.
La estrella de tu alma centellea
caricias en la cárcel de mis manos.
————————————————————-
VERSOS INTROSPECTIVOS
Oigo el azul del mar,
disfrazado de nubes
palmípedas, posarse en las ramas de tus labios.
Mi corazón alcanza un racimo de lluvias
para que lo merienden tus sentidos.
La inexorable hoguera de tu risa
abrasa, sin piedad, el adusto semblante de la tierra.
Dentro de una cometa de palabras viajan las ruinas de mi pensamiento.
————————————————————————
UN TIEMPO IMPREVISIBLE
A la una menos cuarto, en términos p.m.
en un punto cualquiera del planeta,
la señora Monrey se perfumó para salir de casa.
Le da un beso a su esposo. “ No te olvides Stephen
de ir a buscar al niño”. “ Tiene clase de tenis por la tarde”.
“Comeré con Virginia”. “Algo le ocurre”.
“La conozco, y su voz al hablarme temblaba en el teléfono”.
“Para mí que las cosas no le van bien con Pierre”.
“ Siempre están discutiendo”. “ Reprochándose todo”.
El futuro no sabe de palabras. Tampoco de promesas.
Ni se escribe con ripios. Ni con frases bonitas.
Han pasado tres horas.
(Ante un box de la UCI).
“ Su marido está en coma”. “ Ha padecido un ictus”.
“ No le aseguro nada”- el doctor le argumenta-.
“ Su estado es más que crítico”.
“ Ante cualquier noticia, la llamaré de nuevo”.
La señora Monrey, de su bolso de mano, saca un Kleenex.
Secándose un lágrima nostálgica, masculla:
“ Nos queríamos tanto”.
—————————————————-
EL JAZMÍN DELICADO DE SU ESPÍRITU
Una piedra caliza en la montaña
muestra su feroz rostro de guerrero,
también su pensamiento narrativo,
que fluye desleído entre las aguas fluviales del paisaje.
De su mirada mineral y mística brota una grey de alondras
que huyen de la quietud del hábito que cubre su existencia
callada, detenida, ruda, tosca, insensible, que defiende,
a modo de muralla,
el jazmín delicado de su espíritu.
ALGÚN DÍA LAS COSAS
Algún día las cosas cantarán su quietud
y su fluir prudente
con el ceño fruncido que muestra su textura,
esa explosión de luz que es mineral de su alma, y nos
[ convoca
en un discurso lento y delicado que emerge de su esencia.
Algún día las cosas se infectarán de amor, percibiremos
un murmullo muy leve, inapreciable casi,
y la fachada de nuestra existencia se quebrará de bruces
[ contra el suelo.
————————————————————————–
¿RECUERDAS?– A Rocío-
Hace millones de años
Dios no había nacido,
ni, por supuesto, el mundo,
el sol ni los planetas,
ni el tiempo, ni el espacio,
ni el mar, ni los reptiles,
ni las grandes ciudades,
ni los coches, ni el ámbar,
ni la palabra azul,
ni el aire, ni las nubes,
ni las aves cantoras,
la lluvia ni la guerra,
los haikus ni los tankas,
ni las flores, ni junio,
tu boca ni tu pelo,
ni el hombre, ni las cosas,
ni este instante siquiera,
que ha dejado de ser
sin apenas saberlo.
————————————————————
MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
Un abedul frondoso de palabras para que las degustes.
Más allá de sus formas y de sus curvaturas sicalípticas,
paladearás el zumo que contiene restos de pensamientos,
rutilantes sonrisas, alguna que otra lágrima que tañe
[dentro del campanario de unos ojos vacíos- nunca ciegos-,
bíblicas advertencias, mapas crepusculares,
paisajes olvidados entre baldas de nubes,
cordilleras centrípetas que vigilan la sed de los océanos.
Si alguna vez la luz de tus sentidos alumbran la semilla que
[ prodigó tan semejante esencia,
por un instante eterno, sabrás lo que es la vida.
—————————————————————–
FUGAZ AUTORRETRATO
Con el hilo intangible de la luz se cosen las palabras,
pájaros que nos trinan y nombran lo que amamos.
Con su caligrafía de aire destejemos las cosas que no
[ existen,
aquéllas que palpitan en el nido radiante de tu boca.
Planetas que circundan la noche indescifrable de mis ojos.
Perfumes que respiran flores del pensamiento.
Sus abejas de sílabas endulzan la miel del corazón.
Meandros que serpentean la delicada piel de los
[sentidos.
Tambores que percuten la partitura honda de nuestro ser,
el pizzicato triste de una lágrima
en la vertiginosa melodía fluvial de tus cabellos.
En sus brazos el fuego nos sustancia de amor
irreductiblemente.
————————————————————————–
PARALELISMO UNO- A Rocío-
Tu mano y la mía.
El aire y el viento.
Tu alma y mi alma.
Tu cuerpo y mi cuerpo.
Tus ojos, soñando.
Los míos, despiertos.
Tus labios, alondras.
Mis labios, jilgueros.
Tus palabras, jaulas
de mis pensamientos.
—————————————————–
LECTURA ATENTA
He pasado las páginas del libro de tus ojos,
y una lluvia de trenzas humedece
las ventanas de asombro que aúllan en tus pupilas.
Un manantial de luz se sumerge en el pecho una dalia de
[ sombras,
y entonces se desangran las esencias tenues de sus
[ perfumes.
Quiero llorar la brisa de ese mar que me escribe una carta
[ de olas con las plumas transidas de sus pájaros
mientras miro el paisaje desleído de tu vida.
GUARDO UNA ISLA EN MI CORAZÓN
Guardo una isla en mi corazón
invadida de palmeras y cisnes,
guirnaldas de silencios y crepúsculos
flamígeros y mirlos que atenoran
sus cantos en las ramas de los árboles,
de lunas que cornean espadañas,
de vientos melancólicos que tienden
el traje humedecido de la lluvia,
de ríos pensativos que caminan
al destierro colmados de paisajes,
de fuentes desleídas en sus aguas,
de estrellas que iluminan los océanos,
de sombras que enviudaron y andan solas
postradas en las tumbas de sus carnes.
—————————————–
A UN ESPEJO, MI ESPEJO
Tus indomables fauces me devoran.
Caigo en tu noche hambrienta y refractaria.
Tus papilas engullen el tiempo y el espacio al cual estoy
[ asido.
Tu manantial de luz, nostálgico y sereno, evoca la figura de
[ un fugaz pensamiento que me vive.
Araña cristalina que tejes y fermentas con el hilo volátil de
[ mi imposible yo la melodía de mi eternidad.
————————————————————-
AUTORRETRATO FRENTE AL ESPEJO
Mi rostro es un manojo de preguntas,
y, con su voz callada, el cristal diamantino le responde.
——————————————————-
ATLAS ESPIRITUAL
Las nubes piensan. Frentes de agua.
El aire ríe. Entre las ramas,
las hojas lloran otoños. Callan.
Tus besos siembran la flor de mi alma.
Los ojos verdes de la mañana
prenden la hierba. Nace la nada.
El viento cruje. El sol cabalga
-molino de oro- su acromegalia.
Por el paisaje de las palabras
juega el silencio a desenterrarlas,
vaga el olvido como un fantasma,
los sueños hienden su luz descalza.
————————————————————
ESPEJO METAFÍSICO
Detrás de la estación vacía del espejo,
en una piel de enfrente, veo alejarse al mundo de mi vida.
La eternidad acude a despedirme. De ese barro que soy
[ me deconstruyo
en pétalos de polvo trasnochados. Así brota la flor de mi
[ existencia
ausente que perfuma el altar metafísico de la divina nada.
———————————————————————-
RECIÉN BAÑADO, UN BOSQUE HUELE A LIMPIO
Recién bañado, un bosque huele a limpio.
El aire lo apacigua beso a beso.
Insondables perfumes de su piel luminosa se desprenden.
El chelo del otoño desenreda, sobre mi corazón, un
pizzicato de hojas.
Las nubes melancólicas atentamente escuchan las
[ dulces carcajadas de las fuentes.
Bosque que depositas sobre el sepulcro de la primavera
[ inmarchitables ramos de silencios.
————————————————————-
LA LUZ
La luz llama a las cosas por su nombre,
las unge con su tacto, las despierta
de un sueño introspectivo, las emerge
con su soplo de dios de la mar misteriosa de la noche.
Se enreda entre los árboles y juega con los ritmos de sus
[ ramas.
La luz, el primer diente de leche de la aurora.
La luz esa palabra desnuda que nos viste.
La luz es ese grito de silencio que duerme en las callejas
[ de mis ojos.
La luz es esa pluma que escribe nuestros nombres.
La luz es esa espada que asesina el rosal herido de mi
[ sangre.
La luz, ese puñado de sombras que regresan disfrazadas
[de días.
————————————
ODA AL SILENCIO
Solo en determinadas ocasiones,
cuando escucho el sonido de la música,
no consigo oír la música. El silencio
es una herida frágil que supura invisibles melodías,
que son unos apósitos colmados de belleza,
gasa de aire que drena el dolor incurable de los hombres.
De aquel campo callado brota el aroma de las emociones,
ese maná que nutre el corazón de nuestra inteligencia.
La sutil tamborrada de la lluvia va tersando la tez adusta de
[ las calles,
mientras el viento insufla en la diana del espacio dardos de
[ lejanías,
y el rumor del acorde de una hoja gime sobre la rama su
[ verde nacimiento,
y el árbol la amamanta, de pie siempre es su parto,
y le cruje una nana de trigo candeal, amapola y tomillo.
Siento el dueto de tu corazón- en sístole y diástole-,
y al acabar su imposible romanza,
la luz descansa en mi hombro y me destrenza el cuento de
[ de la vida.
.
————————————-
RITO CON VERSO
En tus ojos se oficia cada tarde
el sacrificio lento del crepúsculo.
Yo nunca miro el cielo, ¿ para qué?, hilandero de luz
[indescriptible,
melodía de pájaros, que construyen su nido en la espadaña
[ de tu corazón.
Las estrellas descienden hasta los astrolabios de tus besos
como pavos reales que bordaran la seda del ajuar del
[ firmamento.
En un altar de nubes, en el postrero instante establecido,
las manos redentoras de los dioses, en lugar de una ráfaga
[ de lluvia,
nos indultan con ramos de rocío.
———————————————-
TERCIA, SEXTA Y NONA
La palabra, esa piedra que se incrusta en la frente de los
[ hombres,
y construye en silencio la catedral radiante de la vida,
esa gota de sed que siembra los océanos,
ese grano de trigo que en la hogaza del sol entre rayos
[ refulge,
la palabra, ese nido con gorriones de sílabas,
que cincela las formas soñadas de las nubes,
y pronuncia mi nombre flamígero y me llama
desde su campanario armónico y efímero.
——————————————————
PORQUE TAMBIÉN ES VIDA
Las ruedas misteriosas de tus ojos
atropellan la luz cansada de la tarde.
Tras el telón rasgado de las sombras,
los pómulos del frío se constriñen,
como manzanas muertas, en el teatro en ruinas de tus
[ sueños.
Una calandria canta, por el dúctil camino de tu boca, la
[ melodía del aire.
———————————————————————
AUSENCIA
La acidez del relámpago electrifica el cielo.
Revolotean las aves dentro del Pantocrátor de las nubes.
Maúlla el viento felino de los montes.
La espada victoriosa del ocaso desangra mis pupilas.
Mientras, Dios se abotona la camisa del alba.
El gallo transparente de la luz quiquiriquea pinceladas de
[ aire.
—————————————————————
Aunque es de noche…
San Juan de la Cruz
AUNQUE ES DE NOCHE…
Los bueyes de las sombras
labran el surco del amanecer.
Las estrellas son unas mariposas que bailan en el cielo.
Las semillas del sueño de los hombres
siembran bajo la tierra la luminosa dalia de la vida.
Las flautas delicadas del silencio suenan junto al arroyo
inagotable de tu corazón. Pastorean los árboles sus hojas.
Aunque es de noche…
———————————————————-
Me indulta el tiempo.
La toga del olvido
dicta sentencia.
——————————————–
MI CORAZÓN
Es un fiel animal inseparable,
que camina a mi lado todo el día,
y en lugar de tic-tac,
ha aprendido a decir las letras de tu nombre.
Y salta cuando corro.
Y llora si estoy triste.
De sus caños de fuente beben los riachuelos de mis venas.
Perros ventriculares, que vigilan la recóndita casa de mis
[ sueños,
gatean en la alfombra carnosa de tus labios
y lamen la raíz estéril del silencio.
Adusto campesino, que siembras con tus granos de
[ latidos
los surcos pensativos de mi frente.
Das tu sangre por mí, silbador de canciones lejanísimas.
Caminante que tañes y percutes el tambor somnoliento de
[ mis versos.
—————————————————-
Lo que mi alma ignora
eso es lo que quiero poseer.
Fernando Pessoa
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El pañal de la luz
blanquea mi cama.
————————————–
El hombre, un árbol
malherido en la cuna
de su existencia.
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¿Sentís que cruje
esta palabra, puerta,
cuando la escribo?
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Quién corre más
el suspirar de Dios
o el fluir del viento?
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ODA AL TIEMPO
Qué solo estaba el tiempo en la mente de Dios
cuando aquél sólo era un proyecto de espermatozoide,
si me apuras un poco, ni tan siquiera eso. Lo imagino
imposibilitado en su silla pensada, virtual,
pues su hermano pequeño, es decir, el espacio,
aún no había nacido. ¡ Qué solo estaba el tiempo,
sin sábados, sin viernes, sin fiestas de guardar,
sin luchas fraticidas de los hombres, sin bestias,
sin montañas, sin adelfas, sin aves, sin océanos,
sin alguna palabra que volara en el cielo de su boca…!
Podría imaginármelo repleto de caprichos,
con un reloj muy grande colgado en su muñeca,
en su trono absoluto, sin una triste lágrima
que echarse a sus pupilas, sin una dulce risa,
– así como la tuya-
emergiendo del fondo de unos labios.
ASÍ SOY
Lírico con la pluma;
y con la espada, épico.
AQUÍ HE VENIDO AHORA
Aquí he venido ahora a dejar mi palabra
con la misma mesura que al ruiseñor le dejo esas migas de
[pan que tanto le conmueven.
Aquí he venido ahora a dejar el zancudo sonido de mis
[sílabas.
Aquí he venido ahora a desplegar las alas transidas de mi
[ voz, que palpitan y acielan en el bosque incendiado de tu
[boca.
Aquí he venido ahora a diluirme en música dentro del
[ pentagrama pensado del silencio.
INSTANTE PLENO
Una noche imprevista tropiezas con la luna
que duerme entre las sábanas crustáceas de los charcos,
de una ciudad cualquiera, a cinco siglos de tu corazón,
a cien compases del diminuto motete de tu infancia,
y sin remedio ves a la cristalería de la que fue tu vida
[ romperse en mil pedazos por los acantilados profundos de
[ los sueños.
ETERNO INSTANTE
Durante un solo instante,
una tórtola y yo nos hemos contemplado.
-El viento de diciembre carraspeaba con su tos bronquítica,
la de todos los años, el lánguido discurso de la nieve.-
Entonces, se encendieron las farolas tristes de nuestras
[ almas.
De un cascarón de sombras nace el ave del día. Podéis oír
[ su luz
entre las hojas verdes de los álamos, entretejiendo sueños,
[suspirando paisajes.
VIDA Y VERBO
Estoy escuchando atento las cosas que me dicen las
[ palabras.
Admiro como ordenan los paisajes cuando termina el día.
El sustantivo noche, en toda su extensión, me cabe en un
[plumier de cinco letras.
Y la lluvia humedece la plaza de su verbo, que impone lo
[ que hace.
Detrás de los visillos, los adjetivos, siempre chafarderos,
[ murmullan, mientras tejen, un jersey de vocales.
Mis ojos son palomas que zurean cuando miran tu nombre.
El silencio interrumpe su callada plegaria en la caligrafía
[ sonora de tus labios.
AFORISMO
Mi cuerpo, esa botella que la vida
se bebe vorazmente hasta olvidarme.
FE DE VIDA
Escribo estas palabras que no veis,
pues se encuentran detrás del escenario de mis
[ pensamientos.
Levantadle las faldas al telón virgen de las estrofas.
Besad las aréolas, casi crepusculares y rosáceas, de los
[ iluminados adjetivos.
Amasad, tacto a tacto, los paréntesis que acotan la cintura
[ fugaz de los pronombres.
Desclavad, sutilmente, las espinas de las interjecciones
[ que laceran el ¡ ay! agudo de las consonantes.
Cantad lo que no veis, en un acto de fe, pastoread las
[ sombras transitivas de mis versos.
* Tomado, literalmente, del subtítulo de poemario Cántico, de Jorge Guillén.
HE VISTO A DIOS
He visto a Dios detrás de una palabra,
detrás de un pensamiento,
detrás del ramillete carmín de tu sonrisa.
He visto a Dios descerrajando el aire que consagra la oblea
[ rubí y anaranjada del crepúsculo.
He visto a Dios cruzar vertiginosamente el insondable túnel
[ de tus ojos.
He visto a Dios pedir la vez en el mercado,
en el ambulatorio
y en la peluquería
y en la sala de urgencias de tus besos.
He visto a Dios viajar, en la cometa punzante de una bala,
[ al níveo corazón de algún soldado.
He visto a Dios descender a las dunas carnosas de tus
[ labios en el paracaídas de una lágrima.
He visto a Dios, en el impermeable de su ausencia,
[ empapado en la lluvia triste de mis latidos.
MIRANDO SU RETRATO, AQUÉL, EL MISMO…
Es su vivo retrato, la misma cara, el mismo
invisible perfume, el mismo gesto, el mismo
carmín, el mismo anillo, en su dedo anular, malabarista, el
[ mismo
piercing entre sus labios, donde duermen mis besos, allí
[ mismo
las palabras un día tropezaron, fue entonces cuando el
[ mundo, siempre el mismo,
rodó infinitamente por la tierra, percutiendo su nombre,
[ sembrando su recuerdo, aquél, el mismo…
A UNA MUJER ESTATUA
Eres sutil, hermosa, plateada
por la luna que pisa, con zapatos de luz, las avenidas.
¿ Miras o ves? Ignoro el arco iris
de tu sonrisa incierta. Mi silencio,
que pudo ser palabra, se diluye
por las calles estériles y pétreas de tus labios.
FINAL DE PARTIDA
Nuestro amor acabó como acaba una guerra.
Como acaban las nubes diluidas en agua.
Como acaba tu nombre en el embarcadero
[de mi boca.
Como acaba el confeti explosivo de tu risa.
Como mueren los sueños vendados por la luz
estéril de la aurora y con la mercromina celestial del ocaso.
Como acaban las cosas- sin ningún armisticio-
cosidas a balazos por el fusil del tiempo.
ROCÍO
No sé si el frío, amor, congeló tu sonrisa,
o tu sonrisa, amor, ha congelado el frío.
SOMOS ESO
Somos eso, amor mío, la memoria
del fuego, de la noche, del aire…
LA PROSA DE MIS VERSOS EXPERIMENTALES
La vida, a veces, es la continuidad de los sueños más
tristes.
Cierro los ojos cuando duermo para que no se escape hilo a hilo, perfume a perfume,
sombra a sombra, la sideral sonrisa luctuosa y cómplice del rostro inapelable de la noche.
Las estrellas son velas que iluminan el ataúd donde mora el cadáver con oficio puntual y
responsable y adusto de la tarde.
En mi garganta aún vive el resplandor flamígero de un adjetivo, que nació para fundir en
el horno de su sintaxis el puñal inflexible de la nieve, que asesinó la sombra del árbol
frondoso del nido de nuestros besos.
Por la herida despoblada y antigua de la palabra amor atravieso la niebla infectada del
olvido.
Llega el amanecer, lo sé porque ya resplandecen las trompetas sonoras de la luz en las
plazas insomnes de mis ojos.
Llega el amanecer, lo sé porque la vaca de la aurora deja en las papilas gustativas de mis
labios el recuerdo apagado de su estéril leche.
*TEMBLOR DE CIELO
La noche, suavemente, se quita las legañas de las
[ sombras.
El sol acromegálico enciende la fogata de su pupila
[ inmensa.
Las manos de los árboles emergen y consagran bajo el
[ cielo el caudaloso néctar de su savia.
Mi corazón hilvana con la luz inmarchitable de tu risa el
[ mantel verde de la primavera.
La melodía pensada de la nieve destila sus silencios sobre
[ los clavijeros convalecientes de las violas de gambas.
Por el bosque de nuestro corazón vaga la procesión de
[ los latidos.
Dos bocas, al juntarse, inventaron el fuego.
* Título, literalmente, prestado a Vicente Huidobro.
TIEMPO
El tiempo, esa gacela inalcanzable que acudirá a mi
[ entierro
y al tuyo, sin excusa, que se acuesta a tu lado
con la mujer que amas, mientras la amas
o cuando la acaricias deshojando en su piel las huellas de
[ tu tacto.
El tiempo, ese recuerdo perfumado de olvido.
El tiempo, ese olvido en brazos del recuerdo.
EN TUS OJOS SE CUMPLE EL PRINCIPIO DE ARQUÍMEDES
La luz se encharca. En ellos
mi vida se conserva eternamente intacta.
En su álbum de imágenes reflejan momentos ya vividos.
El cristal de sus lágrimas, que sellan su ataúd,
[transparentan cadáveres,
que fermentan la piel de nuestros cuerpos de hombres.
Cadáveres de niños, de caballitos blancos,
cadáveres de lunas, de algas y unicornios,
cadáveres de sueños que no se despertaron,
cadáveres de peces, de arañas y gacelas,
cadáveres que ríen pensamientos,
cadáveres de calles que eyaculan auroras boreales dentro
[ de la vagina de una plaza
maternal, dadivosa, donde la voz del aire es su líquido
[ amniótico.
El principio de Arquímedes de mi pesada vida somorguja
[ el fluido de tus ojos.
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Cuando amanece,
¿la mujer de mis sueños
despierta o muere?
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Lleva la mar
al río de su mano.
Madre de agua.
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